El fin de semana pasado estuve viendo la exposición de vacas: cowparade en Madrid. Me resultó curioso y divertido ver Madrid inundado de vacas. Las condiciones en que saqué las fotos no fueron las más apropiadas entre el mogollón de gente que había y la ubicación de las mismas pero igualmente disfrute de un día soleado y un largo paseo por Madrid.
Silba el viento dentro de mí. Estoy desnudo. Dueño de nada, dueño de nadie, ni siquiera dueño de mis certezas, soy mi cara en el viento, a contraviento, y soy el viento que me golpea la cara.
El martes, debió ser la "emoción de los Reyes Magos" que al salir del metro me torcí el pie y el tobillo hinchadísimo, el miércoles baja médica y reposo; pero esta mañana no me he podido resistir a salir a la terraza a sacar fotos de la nevada que ha caído y a estas horas sigue cayendo, impresionante hacía mucho tiempo que no nevaba así en esta ciudad.
Sé bien que algún día mi tormenta escampará. Espero, ¡mi vida! Que en mí,vida deje de nevar. Tengo tanto que dar pero mis demonios no me quieren dejar. Intentaré, si he de caer, incorporarme, cien veces cien, sin importarme el precio que haya que pagar. Juro que no habrá amanecer en el que no luche por ser libre al fin y no deje nunca de crecer. El miedo me corteja, Bailan mis dudas con mi mal, el fracaso me aconseja que no cante victoria hasta el final. Perdí mi libertad por creer que el mundo terminaba a mis pies. ¡Abrázame! No me dejes caer, arrópame con la fuerza de ver que mañana el sol saldrá para mí también. Ayúdame, dame tu luz, comparte conmigo mi cruz, Préstame constancia mi niña, ¡préstame paz!
Si se ha apagado la luz que alumbraba tu camino y éste se divide en dos, asómate a tu interior. Uno te llevará donde tendrás poder si controlas tu mente, el otro sólo irá hacia donde quieras tu y es el de tu corazón. Y te sostendré la mano no te dejaré caer, caminarás junto a mi donde el corazón te lleve ese será tu motor tus piernas serán el amor. Y te sostendré la mano no te dejaré caer y andarás hermano donde el corazón te lleve, allí te espera mi voz ¡no te pares, síguenos! Y si en tu camino dudas y la vida te distrae cierra los ojos sigue a tu corazón.
Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz. Friedrich Nietzsche