Sé bien que algún día mi tormenta escampará. Espero, ¡mi vida! Que en mí,vida deje de nevar. Tengo tanto que dar pero mis demonios no me quieren dejar. Intentaré, si he de caer, incorporarme, cien veces cien, sin importarme el precio que haya que pagar. Juro que no habrá amanecer en el que no luche por ser libre al fin y no deje nunca de crecer. El miedo me corteja, Bailan mis dudas con mi mal, el fracaso me aconseja que no cante victoria hasta el final. Perdí mi libertad por creer que el mundo terminaba a mis pies. ¡Abrázame! No me dejes caer, arrópame con la fuerza de ver que mañana el sol saldrá para mí también. Ayúdame, dame tu luz, comparte conmigo mi cruz, Préstame constancia mi niña, ¡préstame paz!
Si se ha apagado la luz que alumbraba tu camino y éste se divide en dos, asómate a tu interior. Uno te llevará donde tendrás poder si controlas tu mente, el otro sólo irá hacia donde quieras tu y es el de tu corazón. Y te sostendré la mano no te dejaré caer, caminarás junto a mi donde el corazón te lleve ese será tu motor tus piernas serán el amor. Y te sostendré la mano no te dejaré caer y andarás hermano donde el corazón te lleve, allí te espera mi voz ¡no te pares, síguenos! Y si en tu camino dudas y la vida te distrae cierra los ojos sigue a tu corazón.